Pensar que el modelo de actividad productiva no deteriora el medioambiente es un tanto ingenuo. Creer a estas alturas, denunciado extensamente, ya el siglo pasado, en el informe del club de Roma y corroborado por informes y estudios científicos, que el deterioro de las condiciones medioambientales no tienen que ver con la actividad industrial y el modelo de desarrollo actual es un disparate.
Acuíferos sobreexplotados y contaminados con glifosatos y otros agrotóxicos. Rías, dedicadas a explotación marisquera, con alta concentración de metales pesados producto de vertidos y residuos de maquinaría, "reciclaje de aceites industriales", etc... Ríos idem.... empiezo, y hablo de España, y no paro. Y sólo de lo que he visto haciendo estudios, en otra vida, de impacto ambiental.
Modificar levemente un ecosistema tiene consecuencias difíciles de medir y observar a corto plazo. Los sistemas complejos son estructuras no percibidas que generan efectos observables. Sabemos lo que pasa pero no sabemos por qué pasa. Un ecosistema es de una complejidad brutal y cualquier modificación de una de sus partes afecta a todo el conjunto.
El cambio climático es un hecho. El deterioro de la calidad, por la actividad humana, del aire, del suelo, del agua, etc... es un hecho. La pérdida de la biodiversidad por la intervención del hombre y el cambio climático es un hecho.... El medio ambiente es una variable dependiente, un producto, de procesos naturales y la actividad del hombre. Y lo que parece que está claro es que el fenómeno, que salvo un cataclismo son procesos muy graduales y lentos, es demasiado rápido para atribuirlo solo a factores naturales.
Decía Dennis L. Meadows (informe club de Roma, los límites del crecimiento, 1972), "Durante mucho tiempo he tratado de ser un evangelista global, y he tenido que aprender que no puedo cambiar el mundo. Además la humanidad se comporta como un suicida, y no tiene sentido argumentar con un suicida una vez que ha saltado por la ventana"