Pues eso me pasa, aunque con dos excepciones que a continuación contaré.
Es más, seguiría montando indefinidamente en moto si:
1-No me doliese la rabadilla al acabar
2-Tuviese tiempo ilimitado para continuar viajando.
La moto me da felicidad y tranquilidad. Me siento seguro incluso hasta cuando se me va un poco de atrás.
Y ahora las dos excepciones a tanta paz,alegría, seguridad y placer:
1-Cuando llueve o hay niebla: porque se me empaña el casco y no veo un carajal (no porque me moje, pase frío o la moto resbale más) Esto lo soluciono sólo si conozco la previsión meteorológica y me pongo lentillas en vez de gafas y abro la pantalla del casco)
2-Cuando acometo una de esas curvas diabólicas, hormigonadas y ranuradas, con un radio mínimo y una pendiente muy bestia en pleno inicio de una pista de montaña. A ver si encuentro una foto de lo que digo...
Sí. Me refiero a lo de la foto que adjunto, pero un 20% más chungo, estrecho y empinado de lo que se ve ahí.
La verdad es que lo salvo, pero siempre me meto en la mitad contraria y eso asusta un poco y más si tienes un gran barranco en tu lado y baja un vehículo de frente.
EDITO y añado: me resulta más fácil tomar esa clase de curva muy ceñido a mi derecha si es en bajada. En subida casi siempre invado carril contrario.
Éstas son las dos únicas cosas (más la nieve y la niebla) que me ocasionan estrés en la moto.
¿Algún consejo? (Lo de la mirada puesta arriba o abajo y muy lateral según suba o baje ya lo practico, pero nada...)
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