En territorios soleados y luminosos como España, la imposición de las luces de día a los coches ha sido el primer paso para hacernos más invisibles.
De eso mucho se habló en su día pero la Ventana de Overton ya ha hecho que como si viviesemos en Escandinava o en cualquier otro país oscuro del estilo de Mordor, casi nadie aquí en españita cuestione esa absurda medida y acabemos aplaudiéndola a las ocho.
En mi opinión, si los coches aquí y ahora dejaran de llevar las luces encendidas, volveríamos a recuperar al menos un 50 % de visibilidad percibida.
Por supuesto yo aún recuerdo la matraca continua en radios y televisiones de la época anterior a la imposición de la obligatoriedad de las luces de día en los bugas.
Proclamaban los medios que llevar siempre las luces encendidas era imprescindible para nuestra seguridad y la de los demás.
Eran aquellos tiempos de crisis de ZP y su, "No hay crisis".
En estas luminosísimas latitudes, llevar siempre las luces encendidas convierten a las parábolas de los autos en hornos consumidores de energía, destrozadores de bombillas, baterías, electrónica o todo a un tiempo.
(Dicen que mueren debido a este dispendio irresponsable y antiecológico millones de tiernos gatitos en algún sitio ignoto de La Patagonia Austral). ?
Creo que la inserción en nuestros, en general, ya reblandecidos cerebros, de ideas, prejuicios y miedos en la pasada plandemia y ahora ocurre, aquí mismo, en nuestra casa continental con la guerra de Ucrania y La Agenda 2030, dan buena cuenta de lo eficaz que es la propaganda intitucional, disfrazada de mil formas distintas, en mil medios de comunicación diferentes.
Creo también que el tratamiento geopolítico y social que instituciones o paises como ONU, OMS, ONGs, TIA, DGTas, Davos, Banco Mundial, Bildenberg, UE, China, Japón, Rusia o África, etcétera, de repetir las cosas en los sitios adecuados y el número suficiente de veces las legitima y hace que la sociedad en general acabe no cuestionándolas y las acepte como normales.
Así pues, yo tras lo que por aquí leo, empiezo a sentir la convicción de la necesidad de llevar en mi moto cuneteros antinieblosos encendidos, en cualquier momento del día, de la noche y de la estación en la que nos encontremos.
Independientemente de que estás lucetas sean legales o ilegales, de que molesten o sean un regalo para la vista. Creo que lo haré por mi seguridad y por responsabilidad hacia la seguridad de los demás. ?
De eso mucho se habló en su día pero la Ventana de Overton ya ha hecho que como si viviesemos en Escandinava o en cualquier otro país oscuro del estilo de Mordor, casi nadie aquí en españita cuestione esa absurda medida y acabemos aplaudiéndola a las ocho.
En mi opinión, si los coches aquí y ahora dejaran de llevar las luces encendidas, volveríamos a recuperar al menos un 50 % de visibilidad percibida.
Por supuesto yo aún recuerdo la matraca continua en radios y televisiones de la época anterior a la imposición de la obligatoriedad de las luces de día en los bugas.
Proclamaban los medios que llevar siempre las luces encendidas era imprescindible para nuestra seguridad y la de los demás.
Eran aquellos tiempos de crisis de ZP y su, "No hay crisis".
En estas luminosísimas latitudes, llevar siempre las luces encendidas convierten a las parábolas de los autos en hornos consumidores de energía, destrozadores de bombillas, baterías, electrónica o todo a un tiempo.
(Dicen que mueren debido a este dispendio irresponsable y antiecológico millones de tiernos gatitos en algún sitio ignoto de La Patagonia Austral). ?
Creo que la inserción en nuestros, en general, ya reblandecidos cerebros, de ideas, prejuicios y miedos en la pasada plandemia y ahora ocurre, aquí mismo, en nuestra casa continental con la guerra de Ucrania y La Agenda 2030, dan buena cuenta de lo eficaz que es la propaganda intitucional, disfrazada de mil formas distintas, en mil medios de comunicación diferentes.
Creo también que el tratamiento geopolítico y social que instituciones o paises como ONU, OMS, ONGs, TIA, DGTas, Davos, Banco Mundial, Bildenberg, UE, China, Japón, Rusia o África, etcétera, de repetir las cosas en los sitios adecuados y el número suficiente de veces las legitima y hace que la sociedad en general acabe no cuestionándolas y las acepte como normales.
Así pues, yo tras lo que por aquí leo, empiezo a sentir la convicción de la necesidad de llevar en mi moto cuneteros antinieblosos encendidos, en cualquier momento del día, de la noche y de la estación en la que nos encontremos.
Independientemente de que estás lucetas sean legales o ilegales, de que molesten o sean un regalo para la vista. Creo que lo haré por mi seguridad y por responsabilidad hacia la seguridad de los demás. ?
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