Dia 55 Lunes 12 junio 3017 . Murgab (Tajikistan) – Sary-Tash (Kirgistan) 235 km.
Anoche adelantamos de nuevo el reloj una hora, oficialmente aquí aun no procede, debe ser al cruzar la frontera de tajikistan y entrar en Kirguistan, pero descubrimos que los locales funcionan con la hora adelantada, así que toca dormir una hora menos.
Empieza un nuevo día, así que tras el desayuno cargamos los trastos y nos vamos en busca de la gasolinera, donde dos señores se encargan de llenar con una manguera un cubo que posteriormente vacían en el depósito del cliente que está esperando. Al pedir “lleno” los desconcierta un poco, pues con la medida de cubos no logran saber cuántos necesitaran para una moto. Al final gana la banca y a mí me chorrean gasolina por todos lados que se desperdicia como oro liquido por el suelo.
Hablando con los paisanos llegamos a la pregunta típica de cuánto valen las motos, y viendo sus aspavientos y sorpresas descubrimos que nuestras motos son valiosísimas, pues resulta que por lo que cuesta en España mi vieja Tenere comprada de segunda mano, en Tajikistan puedes adquirir medio Land Cruiser último modelo… entonces les hablamos de los impuestos en Europa, el nivel de vida, el coste de las cosas de uso diario, y ya se quedan más tranquilos sabiendo que por poco mas de 11mil dólares estadounidenses ellos se pueden comprar un coche de escándalo que a nosotros nos costará mas de 40 mil.
Hoy tenemos prevista una etapa de poco más de 200 km, así que seguimos nuestra dinámica de ir Xino Xano, a nuestro aire, haciendo paradas cuando apetece, fotos, y disfrutar de los paisajes… el dia de hoy discurre paralelo a la frontera China, a veces a menos de 10 km, vamos que si tiramos una piedra caerá en la republica popular de la China… y tal vez seamos los causantes de un conflicto diplomático, así que nos conformamos con ver las montañas y preguntarnos en que momento dejará de ser Tajikistan para pertenecer al pueblo descendiente de Maho Tse Tung.
La carretera sigue con sus incógnitas, a veces asfalto, otras veces desaparece y se convierte en una pista polvorienta, a veces es cómoda y agradable, otras veces aparece un ondulado que hace insufrible la conducción. Ante él no sé cómo proceder, si voy despacio se hace interminable y muy cansino, pero si tomo velocidad para que la conducción sea algo mas cómoda sufro por la moto y las posibles consecuencias futuras tras interminables km así…
Finalmente la carretera nos lleva al Ak-Baital pass, 4655 metros de altura, siendo el punto más alto de la M41 a su paso por la cordillera del Pamir en la zona de Tajikistan.
Tocan las fotos de rigor, y la sorpresa por encontrar el cartel en un punto más bajo del camino y no en la cumbre. Como ya viene siendo habitual el cartel está plagado de adhesivos de viajeros que pasaron antes y dejaron su imprenta.
Allí alcanzamos a unos holandeses con los que coincidimos anoche en el hotel, viajan en una furgo WV que deben tener el tubo de escape reventado, pues suena fatal, además de que a casi 5 mil metros le cuesta un gran esfuerzo caminar, y lo hace dejando una brutal humareda negra.
Seguimos camino, siempre a más de 4mil metros de altura, y al llegar al lago karakul (el primero de varios que encontraré con este nombre a lo largo del viaje), lugar precioso con un pequeño pueblo a su orilla, un guarda local acompañado de un militar nos dan el alto.
Se trata de averiguar si tenemos intención de pernoctar en la zona, pues se trata de zona “protegida” y hay que pagar una tasa. Como le decimos que seguimos camino a la frontera nos pide que llevemos allí al militar que le acompaña, pues parece que no tiene transporte.
Lamentablemente al igual que Werner, yo no tengo sitio en el asiento trasero, y retomamos la marcha dejando allí al soldado esperando el paso de un nuevo vehículo.
Posteriormente le daré vueltas al asunto, y con la experiencia en cruzar fronteras que ya tengo creo que hubiera sido una buena carta de invitación aparecer con uno de los suyos en la grupa, pero afortunadamente en esta frontera nos tratan estupendamente. Hay que puntualizar que debido a la altitud a la que se encuentra es un paso de frontera estacional, pues solo permanece abierto ciertos meses del año, creo que de mayo a septiembre, posteriormente el camino se vuelve intransitable.
Coronamos el Kyzyl pass, a 4336 metros, donde encontramos unas vallas que cortan el paso, como ya es habitual, y un amable señor que aparece de una de las destartaladas casetas y tras saludarnos nos invita a comer. Declinamos la oferta agradeciéndole enormemente el bonito detalle, pero no queremos que de nuevo nos pille la noche en la carretera, y menos a esta altura.
Así que primero nos dirigimos a la caseta de “customs” donde entregamos el papel que nos dieron a la entrada al país, y posteriormente a otra caseta donde nos sellan la salida del país en el pasaporte y se quedan el permiso GBAO. En menos de 10 minutos ya estamos saliendo de allí. Personal rápido, eficaz y amable… que más se puede pedir.
Nos despedimos de Tajikistan con un rápido vistazo atrás pero con la mirada atenta a lo que nos espera por delante, pues la panorámica de las montañas es increíble y sobresale entre ellas el que en su tiempo fue llamado Pico Lenin de mas de 7mil metros de altura.
Empezamos el descenso desde la frontera por una pista poco menos que intransitable, con unas roderas secas que hacen difícil la conducción, y por supuesto imposible cuando llueva y el barro rojizo se convierta en una trampa que impida avanzar.
En eso voy pensando mientras recorremos los 25 km de tierra de nadie que hay entre la frontera de Tajilkistan y la de Kirguistan, cuando encontramos a un par ciclistas alemanes con los que paramos a charlar y darnos novedades. Nos cuentan de un paisano con ropa militar que hay unos km más adelante que les ha intentado extorsionar y sacarle unos dólares haciéndose pasar por policía de frontera, pero repito, como estos 25 km son tierra de nadie algunos se intentan aprovechar de los viajeros.
Ya había leído en algún foro que se podía dar esta posible situación, así que tras averiguar que el susodicho personaje no tiene ni kalashnkov al hombro ni pistola al cinto acordamos no hacerle ni caso.
Aprovechamos para improvisar una oficina de cambio alternativa y nos deshacemos mutuamente de las monedas y billetes del país que cada uno dejamos atrás, y con un deseo de buena ruta nos despedimos de la pareja ciclista.
Poco más adelante nos saldrá al paso el sinvergüenza comentado anteriormente, pero pasamos por su lado sin hacerle ni caso y continuamos la marcha hasta llegar a la flamante frontera de Kirguistán. Allí nos reciben unos amables militares en la oficina de “customs”, y tras cinco minutos charlando nos indican que pasemos a la siguiente oficina.
Allí la cosa cambia radicalmente, nos aparece un militar de alto rango con una cara de hijo de puta que no engaña a nadie, y cuando empieza a hablar confirma lo evidente. Necesitamos el permiso de importación de las motos, así que nos exige una tasa “ecológica” de 18$ para realizarlos, dejando claro que si le pagamos tenemos los papeles en 10 minutos, y si no … Yo me pongo como una moto, mala cara, voces, gestos de enfado… ya me conocéis, pierdo la paciencia porque es cabronazo nos quiere desplumar. Tras mi estúpida e inconsciente pataleta el tío hace de nuevo una oferta bajando un dólar, a lo que mi compañero asiente, no sé si por ser más inteligente que yo y no querer buscar problemas en una frontera recóndita o porque considera que 17$ no se merecen el numero que yo estoy montando.
Así que pagamos la mordida y yo aprovecho para soltar los dólares usados, gastados y con mala pinta que tengo y que hace que se deprecie su valor en el mercado del cambio de divisas local. Si, tal como suena, si los billetes están muy usados te los cambian por un valor inferior, así que tengo una pequeña colección de dólares que vengo guardando desde Uzbekistan y que le suelto al desgraciado. Cierto que para mi siguen siendo igualmente 17 dólares, pero a él no le hacen ni pizca de gracia y me lo hace saber con una mala cara tremenda.
Al entregarnos los papeles comprobamos que la tasa son 7$ y como suponíamos el resto es mordida.
Aviso para navegantes:
En las fechas en las que yo viajé al entrar en Kirguistan y realizar el trámite de importación del vehículo se podia solicitar por un máximo de 12 meses, y era válido para varios países, entre ellos Kazajastan y Rusia. Lo suyo es pedirlo por el máximo tiempo posible, pues en el peor de los casos podrías salir del país dejando la moto allí por un largo periodo de tiempo y volver más tarde a por ella. Poco después comprobé que son muchos los motoristas y “overlanders” que hacen un descanso en su viaje aprovechando esta oportunidad que no te dan todos los países.
Salimos de la frontera y entramos en un mundo totalmente diferente del que dejamos atrás, hemos bajado mucho y en seguida se nota en el paisaje, pasamos de la desolación mas absoluta de los 4000 metros a unas verdes llanuras salpicadas de ganado y blancas yurtas llenas de niños que corren al asfalto de la carretera al vernos venir. Eso si, te cortan la carretera y tienes que frenar para no atropellarlos.
La primera vez te parece algo extraño, pero poco después nos encontramos con la misma situación con dos niños que cortan la carretera con ayuda de un caballo. La historia es muy simple, han descubierto que a los turistas les pueden sacar algo, pues mi compañero les hace unas fotos a cambio de unos caramelos y chocolatinas que ha comprado para la ocasión.
A mi me parece una malisima opción ese tipo de intercambio, pues se favorece el fomentar la idea del turista que regala cosas al pasar y como he dicho antes se fomenta que te vean como un regalo andante. Ahí queda el tema expuesto para que cada uno saque sus conclusiones.
Poco después llegamos a una bifurcación desde donde se puede ir al campamento base del pico Lenin, y como mi compañero se ha criado a los pies de los Alpes y es aficionado a la alta montaña decide ir a echar un vistazo. Yo continúo hacia Sary Tash, la población que hay a la vista, donde poco después me alcanza Werner, pues por momentos la niebla ha cubierto toda la cordillera montañosa y ha decidido dar la vuelta.
Como el cielo negro amenaza tormenta escogemos rapidamente entre los posibles alojamientos uno que tiene un cartel de “Hotel”, descartando por eso al resto de los “homestay” y “gesthouse” que vemos a pie de la carretera principal. Nos ofrecen una habitación alfombrada y decorada con pieles de zorros y lobos en las paredes, tiene dos camas y un sofá, la ducha da miedo y al WC mejor no asomarse, pero nos quedamos.
la caseta del fondo es el WC
y la ducha
Encontramos dos alemanes en KTM y un mochilero danés, y poco después aparecerán el grupo de alemanes con los que coincidí al inicio de mi viaje en Tabliz, Irán… el mundo es muy pequeño.
Nos saludamos efusivamente y nos explican rápidamente sus aventuras en estas últimas semanas, vienen de cruzar la frontera de China, a escasos 70 km, y llevan tropecientos mil km desde que nos vimos, recorriendo parte de Pakistán, Nepal y la mencionada China… los hay que parece que quieren batir records para colgar en las redes sociales, comoe parece que efectivamente es su caso. Por el camino han tenido algún percance que demuestran las heridas en las cargadísimas adventures y la cojera que casi impide caminar a uno de ellos.
Como en la velada son 7 alemanes contándose sus aventuras yo no tengo nada que rascar, así que como el danés se ha retirado pronto yo me dedico a mi diario de viaje y buscar alojamiento en Osh, mi próximo destino.
GASOLINA 33 SOMIS (14$) 19 LITROS A 7 SOMIS LITRO
HOTEL + CENA + DESAYUNO 11$
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