Los software en automoción son cada día más intrusivos e invasivos.
Tengo un conocido que le pegó una castaña a un Porsche 911/997 en Nurburgring; a pesar de tenerlo a todo riesgo, la compañía de seguros denegó la reparación porque "estaba en una actividad deportiva".
¿Que cómo lo supieron? Pues porque en el taller descargaron el posicionamiento del vehículo, su acelerómetro y su uso motor (rpm) y el patrón coincidía no con uso de carretera, sino con uso en circuito; y ahí los seguros se lavan las manos.
¿Qué pasa con las continuas actualizaciones de software? Nosotros vemos la punta del iceberg en forma de nuevas (y a menudo poco útiles) funciones; en el fondo lo que nos hacen es un escrutinio de la máquina tal que en todo momento van a saber el uso que hacemos, y con ese conocimiento pueden argumentar en contra del usuario en un momento dado de una reclamación o avería.
A mí eso de ir en moto e ir hiperconectados con todo respeto me parece un absurdo; si hay un vehículo que dé sensación de autonomía y libertad, ese es una motocicleta; con la hiperconectividad lo que conseguimos es estar rastreados, bajo escrutinio y maniatados en caso de incidente.
Son sólo mis dos céntimos.
Saludos.