Yo también te echaba de menos Katz. De hecho, voy entrando a leerte (a ti y a muchos otros). Eres un generador de buena escritura y buen rollo.
Y ahora que no me ven los cuidadores de la clínica de desintoxicación (estoy en la cama sentado con el portátil cubierto por una sábana), un off-topic sobre Ducati.
Creo que es mi momento con Italia.
Como entrenamiento estuve en Harley unos años. Harley no vende motos, ya sabéis, vende estilo de vida, vende una forma de ser, una forma de presentarte ante el mundo y ante los demás. Y eso ahorra mucho trabajo personal, joder. ¿Cuánto vale todo eso? Inabarcable, inaprensible, inimaginable. Y ahí están sus precios.
Ducati no vende motos. Ducati vende
Arte. Todo en esa marca se supedita a la estética. Yo creo que ellos hacen un diseño, y ya si eso lo rellenan con un motor, una transmisión y esas tonterías. ¿Cuánto vale todo eso, cuánto vale una obra de Arte? Inabarcable, inaprensible, inimaginable. Y ahí están sus precios.
¿Pilláis los paralelismos??
La consecuencia de esto es que en ambas marcas hay un vacío de ingeniería, de eficiencia, de fiabilidad, que queda un poco huérfano y esa patata caliente cae en el usuario. Oye, que ya es mayorcito y siempre tiene una billetera de la que tirar. La red de concesiones siempre está lista para recoger sus billetes.
Yo llevo 39 años de carnet de moto y he necesitado todo este tiempo para prepararme para tener una Ducati. Cuidado, mi cartera nunca estará preparada, pero yo sí. Este año me he graduado en
"mecánica pastelera" de la mano de mis bienamadas y nunca suficientemente reconocidas japonesas, y ya estoy preparado para un desmo. No me da miedo cambiar unas correas y unos tensores, sustituir kits de arrastre que se gastan como como galletas, reglar pastillas, cambiar amortiguadores... estoy listo para el combate.
Y cuando el médico me diga:
"ovejanegra, esto de la moto... me parece que deberías ir pensando en dejarlo..." entonces venderé, donaré o dejaré en herencia todas mis motos y me compraré una R12 de segunda mano seminueva para poder decir que he probado un boxer alemán (y no el de Shenzen).
Un abrazo Katz.