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Cosecha de té.
Un grupo de agricultores recoge las hojas de té durante la temporada de floración de las flores de fénix en el suburbio de Bao Loc, la ciudad en las tierras altas centrales de Vietnam.
Foto: Trung Pham Huy.
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Este es el Abraj Kudai, el hotel más grande del mundo.

Se encuentra en Arabia Saudita y tiene la increíble cantidad de 10,000 habitaciones, además de contar con 4 helipuertos y la capacidad de alojar simultáneamente a 30,000 huéspedes. Ocupa una enorme área de 1.4 millones de metros cuadrados.
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Migración.
Península de Yamal, Siberia. En un páramo cubierto de hielo, donde las temperaturas pueden caer por debajo de los -40 grados, vive un pueblo nómada que cría renos, los Nenets. Se mueven durante las migraciones en busca de musgos y líquenes de los que se alimentan a sus animales. Los nenets se mueven en trineos tirados por renos siguiendo antiguas rutas árticas. En esta trashumancia recorren unos 1.200 kilómetros cada año, convirtiéndola en una de las más largas del mundo. Los jóvenes, con el paso de los años cada vez menos deciden quedarse.
Foto: Alesandro Malaguti.
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Barco dormido.
Dhaka, la capital de Bangladesh se encuentra a orillas del famoso río Buriganga. En términos de tráfico de pasajeros, el puerto fluvial de Sadarghat de Dhaka es el puerto más activo de Bangladesh. El puerto tiene servicios a la mayoría de los distritos de Bangladesh. Personas de ambos lados del río Buriganga cruzan el río usando pequeñas embarcaciones. Los hombres de los barcos utilizados para el transporte generalmente duermen por la noche en el bote.
Foto: Anindita Roy.
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Justas con el enjambre de dragones.
En las selvas de Nepal viven tribus de cazadores de miel. La miel que buscan es producida por la abeja melífera más grande del mundo. Es una tarea peligrosa. Los nidos, casi tan grandes como los hombres que los cazan, están llenos de miles de abejas irascibles en lo alto de las paredes de los acantilados. Los cazadores de miel descienden retorciendo escalas de cuerda entre una columna de humo.
Foto: Eric Seidner.
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Noche bajo los baobabs (Avenida Baobab, Madagascar).
"Panorámica de un paisaje nocturno en Madagascar. Aquí puedes ver el arco completo de la Vía Láctea sobre los imponentes Baobabs. Esta foto significa mucho para mí y no puedo enfatizar lo suficiente lo difícil que fue tomarla. Desde las condiciones de la carretera hasta los guardias de seguridad armados que te protegen mientras estás haciendo fotos, fue toda una aventura."
Foto: Steffi Lieberman.2.jpg
 
Cruce de coyotes.
¿Cómo cruzó el coyote la carretera? Este coyote -Canis latrans- se encuentra entre los aproximadamente 4.000 representantes de la especie que habitan en el área metropolitana de Chicago. La respuesta a la pregunta puede ser que, simplemente, usó un puente para evitar ser atropellado por un automóvil.
En los Estados Unidos, las colisiones de vehículos motorizados son responsables de al menos un millón de muertes de vertebrados al día, y Chicago no es una excepción: los coyotes de Windy City generalmente viven una media de tres años, 7 menos en comparación con el promedio de 10 años en otros lugares en la naturaleza y de hasta 18 años en cautiverio. La causa más común de su muerte es ser atropellado por un automóvil.
Foto: Corey Arnold.
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Los ojos del Universo.
"Siempre me he preguntado cómo se vería el cielo nocturno si pudiéramos ver los dos arcos de la Vía Láctea, el del invierno y el del verano, uno al lado del otro, explica el fotógrafo Mihail Minkov, autor de esta impresionante fotografía. "Esto es prácticamente imposible, ya que son parte de un todo y son visibles en diferentes momentos del día. Aunque solo están separados por 4 horas, este hecho en sí mismo es una rareza"
"Sin embargo, esta panorámica con time blending de 360 grados nos muestra cómo se verían. Los dos arcos de la Vía Láctea representan un solo objeto en el cielo estrellado, con una parte visible en invierno y otra en verano. El arco de invierno incluye objetos que podemos observar de octubre a marzo, principalmente asociados con la constelación de Orión. Por otro lado, el arco de verano presenta el núcleo de la Vía Láctea, visible de marzo a septiembre, que es la parte más característica y luminosa del cielo nocturno, representando el centro de nuestra galaxia".
Foto: Mihail Minkov.
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Nariz a nariz.
Desde 2006, los técnicos urbanistas y planificadores urbanos han delimitado docenas de nuevas subdivisiones de territorio a las afueras de Melbourne, en Australia, transformando los matorrales que alguna vez albergaron canguros, wombats, zorros voladores y otros animales salvajes en ordenadas calles suburbanas.
A medida que el entorno construido invade la naturaleza, un número creciente de animales desplazados son atropellados por automóviles. Aquellos que sobrevivan podrían, si tienen suerte, encontrarse bajo el cuidado de un refugio de rehabilitación de vida silvestre como el Joey and Bat Sanctuary ubicado cerca de Melbourne.
El fotógrafo Douglas Gimesy estaba documentando el trabajo en el santuario el año pasado cuando se encontró con un wombat de pelo áspero -Vombatus ursinus- cuya madre había muerto atropellada por un automóvil. Un buen samaritano había pensado en revisar la bolsa del marsupial muerto y encontró a Joey, de cuatro meses, dentro, todavía con vida.
Gimesy vio a una joven estudiante de veterinaria alimentar con un biberón al wombat huérfano. Cuando terminó de darle de comer la estudiante acercó su nariz a la de Joey en un tierno momento de unión entre especies.
El sentido del olfato de los wombats rivaliza con el de los sabuesos, y los científicos creen que estos animales usan sus sofisticadas narices para orientarse en la noche y olfatear los excremetos de otros wombats. Tal vez porque su nariz es tan sensible, Gimesy dijo que la cría de wombat en esta fotografía parecía disfrutar especialmente la sensación del contacto piel con piel, o nariz con nariz.
Foto: Doug Gimesy.
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Fortaleza y fragilidad.
"Esta imagen tiene un significado muy especial para mí", cuenta su autor, el fotógrafo de naturaleza Pedro Jarque Krebs. "He estado con este bebé gorila casi desde el momento de su nacimiento y he podido presenciar su crecimiento gradual y su despertar al mundo". Su nombre es Kibo y fue así bautizado en honor al más alto de los volcanes que integran el monte Kilimanjaro, el cual también es el punto más alto del continente africano.
"Tan pronto como apunté la cámara hacia su madre, esta me dio la espalda", añade Jarque. "Kibo, no obstante, no pudo soportar la curiosidad y asomó la cabeza, demostrando simplemente lo similares que somos a esta especie tan cercana a nosotros. Verlos interactuar es fascinante y estimulante".
Kibo nació en enero de 2022 en el Zoo de Madrid, cuyo programa de cría se integra dentro del Programa Europeo de Especies Amenazadas. Estos programas de conservación son más necesarios que nunca, ya que estos gorilas occidentales se encuentran en peligro crítico de extinción por lo que cada nacimiento es un rayo de esperanza para la supervivencia de la especie. Esta imagen nos muestra el gran contraste entre las robustas espaldas y el seguro abrazo de una madre gorila y la todavía frágil y delicada existencia de su cría.
Foto: Pedro Jaque Krebs.
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Regeneración.
Al igual que muchos ecosistemas en la mitad occidental de América del Norte, muchos bosques en el Parque Nacional Jasper, en Alberta, Canadá, se benefician de los incendios forestales de baja intensidad que tienen lugar de forma natural.
Los incendios reponen los nutrientes del suelo, evitan que los bosques se vuelvan homogéneos y estimulan el crecimiento de arbustos de bayas que a los osos pardos (Ursus arctos) y otros animales salvajes les encanta masticar.
Sin embargo, a partir de 1913, los administradores de parques han suprimido activamente los incendios forestales. En el parque de 92.000 hectáreas, solo ocho incendios en el siglo XX superaron las 40 hectáreas antes de que los bomberos los extinguieran. Los administradores de tierras en Alberta adoptaron prácticas similares.
Sin fuego, los árboles crecían anormalmente densos y los troncos muertos se acumulaban en el suelo del bosque. A causa de ello, las infestaciones de escarabajos barrieron Alberta en la década de 2010, dejando más de 2,4 millones de hectáreas de árboles en pie sin vida.
A medida que toda esta madera muerta se encuentra con las condiciones más cálidas y secas provocadas por el cambio climático, han estallado incendios forestales anormalmente grandes e intensos. Esta primavera, por ejemplo, el humo de los gigantescos incendios forestales de Alberta se extendió por todo el continente. Y si bien los bosques adaptados al fuego pueden recuperarse de los incendios forestales de baja intensidad, la investigación en las Montañas Rocosas ha demostrado que las plántulas de árboles tienen grandes dificultades para arraigar tras los megaincendios.
En la actualidad, en el Parque Nacional Jasper, como en otras partes del oeste de América del Norte, los administradores forestales están tratando de revertir un siglo de gestión equivocada iniciando quemas controladas y dejando que ardan algunos incendios forestales.
El paisaje resultante puede verse diferente a las franjas de abetos verdes y pinos a los que muchos visitantes del parque están acostumbrados, pero como muestra esta imagen inquietante de un bosque de abetos quemados, pueden ser igualmente cautivadores.
Foto: Miquel Angel Artus.
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Jameito, el cangrejo ciego de los volcanes.
En las Islas Canarias, las oquedades formadas por el colapso del techo de los tubos volcánicos reciben el nombre guanche de "jameos". Estas formaciones geológicas se encuentran en varias islas del archipiélago, pero algunos de los jameos más emblemáticos, conocidos como Jameos del Agua, se encuentran al noreste de la isla volcánica de Lanzarote.
Estas cavernas, que en la actualidad se erigen como uno de las reclamos turísticos primordiales de la isla, sobresalen por su deslumbrante hermosura y la presencia de un fondo acuático, alimentado por las filtraciones subterráneas del agua del mar.
Sin embargo, los jameos no solo son un escenario impresionante desde el punto de vista arquitectónico y natural, sino que también albergan un ecosistema único y son el hogar de una especie emblemática de la isla: los "jameitos". Estos diminutos cangrejos blancos, ciegos y adaptados a la vida cavernícola -Munidopsis polymorpha- son endémicos de Lanzarote y solo habitan en los Jameos del Agua, lo que los convierte en una especie en grave peligro de extinción.
En esta imagen nocturna del fotógrafo local, Juan Méndez Quesada, publicada con anterioridad por la Agencia Espacial Europea, podemos apreciar la figura forjada en hierro del jameito, inmortalizada por el pintor y escultor César Manrique, celebridad artística de las islas cuyo trabajo siempre buscó la armonía entre el arte y la naturaleza.
El movimiento de los destellos de las estrellas sobre la noche oscura capturado por Méndez al fondo de la imagen, se asemeja al blanco de los cangrejos resaltando en la oscuridad de la cueva. En ambos casos, existe un contraste llamativo entre la luminosidad y el entorno oscuro que los rodea.
Foto: Juan Méndez Quesada.
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La vida al límite.
Las cabras montesas de Nubia -Capra nubiana- viven al borde de la supervivencia, en desiertos con escasa vegetación y climas duros. También viven literalmente al borde de los acantilados, con poco más que un pequeño espacio y empinados desniveles como compañía.
Tal topografía vertiginosa ayuda a disuadir a los depredadores como leopardos y lobos; por ejemplo, en el Parque Natural Avdat, en Israel, los científicos han observado cómo los íbices nubios dejan a sus crías en acantilados demasiado escarpados para que la mayoría de los mamíferos los alcancen, y luego regresan para alimentarlos hasta que las crías se vuelven lo suficientemente ágiles como para transitar los acantilados por sí mismas.
A los machos de la especie les crecen cuernos curvados hacia atrás que pueden medir más de un metro de largo. Usan estas impresionantes armas para defenderse de los depredadores y para competir con otros machos por los derechos de reproducción, tal y como capturó el fotógrafo Amit Eshel en esta imagen en la que dos machos pugnan cara a cara en el desierto de Zin, en Israel.
A pesar de la violencia de tales encuentros y el escenario precario en el que se pelean, los machos de cabra montés rara vez caen y mueren. La agilidad, la velocidad y la comodidad de las cabras salvajes con el abismo parecen protegerlas incluso en el fragor de la batalla.
Sin embargo, aunque la capacidad de la cabra montés de Nubia para navegar por terrenos empinados puede protegerla contra los depredadores naturales y los machos rivales, se ha demostrado que es poco consuelo contra la invasión de los seres humanos. Antiguos dibujos rupestres y restos óseos sugieren que los íbices nubios alguna vez habitaron las montañas del noreste de África y el Medio Oriente. Hoy en día, solo unos 5.000 ejemplares se aferran a la vida en poblaciones fragmentadas y dispersas por Egipto, la Península del Sinaí y la Península Arábiga. Las poblaciones más saludables se encuentran en Israel, aunque parte de la razón de su éxito es que los leopardos de arabia -Panthera pardus nimr- una subespecie en peligro crítico de extinción que alguna vez se alimentaron de cabras montesas, han sido exterminados en gran parte del país.
Foto: Amit Eshel.
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Manchado.
A primera vista, esto podría parecer una madre leopardo de las nieves -Panthera uncia- jugando con su pequeña cría. Pero una mirada más cercana revela la falta de puntos distintivos en el pelaje nublado del cachorro.
El felino, completamente desarrollado, es en realidad un gato de Palas, o manul -Otocolobus manul-, un gato montés del tamaño de un gato doméstico cuyo rango de distribución en Asia Central se superpone con las montañas, la estepa y los desiertos altos, territorios dominados por su primo más conocido, el leopardo de las nieves.
A pesar de compartir una predilección similar por los climas fríos y las grandes altitudes, hay poca evidencia científica de que los leopardos de las nieves se aprovechen de los gatos de Pallas. Es por eso que, cuando el fotógrafo Donglin Zhou vio a un leopardo de las nieves acercándose sigilosamente al gato de Pallas en la meseta de Qinghai-Tíbet, se quedó atónita. “Ambas especies son difíciles de ver en cualquier momento”, explica. "Y mucho menos juntos".
Ajena al leopardo de las nieves que se arrastraba detrás de ella, cada fibra del cuerpo de la gata Pallas estaba concentrada en cazar a las llamadas picas de meseta -Ochotona curzoniae- un pequeño mamífero del orden de los lagomorfos que habita en Nepal, con los que esperaba alimentar a las dos crías que le esperaban en su guarida.
Zhou había pasado días viendo cómo la madre gata alimentaba a sus 3 pequeños cachorros de dos meses de edad y estaba devastado al observar a la atenta y cariñosa madre secuestrada por un leopardo de las nieves. Al verla en las fauces del leopardo cuenta que las lágrimas no pueden dejar de brotar sus ojos.
Después de que el leopardo de las nieves abandonara la escena, Zhou, su guía y los guardabosques decidieron dejar algunas picas muertas en la carretera fuera de la guarida para los tres cachorros. Durante tres semanas, cuidaron y alimentaron a los pequeños, hasta que los diminutos gatos de Pallas estuvieron listos para dejar la seguridad de su guarida y comenzar a valerse por sí mismos, acechando picas y esquivando el peligro en esta salvaje meseta azotada por el viento en la que perdieron a su madre.
Foto: Donglin Zhou.
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Receptor de estrellas.
"Tengo una hija de 4 años que está realmente enamorada del cielo nocturno. Está fascinada por los planetas, las estrellas y la Vía Láctea. Siempre me pide llevarla conmigo cuando voy a fotografiar la Vía Láctea. Así que decidí hacerla parte del proceso e intentar mostrarle cómo es estar bajo el cielo oscuro y apreciar su belleza. Espero que algún día lo recuerde y este recuerdo la convierta en una persona buena y decente, que realmente cuide el planeta, el regalo del cielo nocturno, y proteja y desarrolle esas pasiones "
Foto: Mihail Minkov.
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Atrápame si puedes.
Como miembro de la familia de las garzas, la garceta común (Egretta garzetta ) suele ser una cazadora sigilosa que se queda quieta en aguas poco profundas o espera a que los peces desprevenidos pasen nadando. En otras ocasiones el ave mueve sus patas amarillas para asustar a la presa, a la que luego perfora con su afilado pico.
Sin embargo, esta garceta en un lago cerca de Xiamen, China, fue sorprendida cuando el pequeño pez que había estado observando fue expulsado del agua por un pez mucho más grande.
El fotógrafo Xiaoping Lin usó disparos continuos de alta velocidad para capturar a la garceta asustada mientras se elevaba sobre las olas agitadas. La imagen resultante es la de una acción fugaz permanentemente congelada en una paleta de blancos y plateados. "Es como un poema”, expresa Lin.
De hecho, las garcetas han aparecido en la poesía china desde al menos el siglo XI a.C. Aparecen tres veces en la primera colección conocida de poesía china, el Shih ching; y desde entonces, durante los siglos posteriores los poetas compararon a estas aves con copos de nieve y escarcha, adoptándolas como símbolos de pureza y eternidad.
A pesar de esta reverencia, algunas especies de garcetas fueron cazadas hasta el borde de la extinción o desaparición local durante el siglo XIX, en busca de sus plumas de moda. Hoy en día, aunque la población de garcetas comunes es estable, especies como la garceta china (Egretta eulophotes) todavía luchan por recuperarse en medio de la continua pérdida de hábitat.
Foto: Xiaoping Lin.
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Alpes Julianos.
"Mi amigo y yo realizábamos nuestra primera escalada del invierno. Esperábamos ascender tres montañas en la misma cresta, pero debido a las condiciones, tuvimos que retroceder antes del último pico. Esta imagen expresa la lucha que enfrentamos al decidir si dar la vuelta o continuar"
Foto: Aljanidari.
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Corriendo la tormenta.
Esta imagen fue tomada en el norte de Colorado como parte de mi serie Keepers of the West que muestra los ranchos familiares que aún salpican el oeste de Estados Unidos. En los últimos cuatro años he sido testigo de la fortaleza, la determinación y el compromiso de estas familias para continuar con esta forma de vida y transmitirla a sus hijos.
Foto: Landry Major.
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