Yo lo veo de forma cíclica, cada generación criada en la abundancia y en ausencia de guerra es más débil que la anterior; lógicamente, porque luchar, pelear por algo-se gane o se pierda- nos hace fuertes.
Y los ciclos a los que me refiero se van alternando, periodos más o menos largos de paz y recursos, con tiempos de guerra, post guerra y escasez.
Curiosamente y como anécdota, las generaciones que vivieron guerras en èpocas modernas, a nivel deportivo de riesgo-alpinismo duro/himalayismo- fueron sobresalientes. Algo indicativo el dato, porque los deportes de alto riesgo siempre han venido a substituir de una u otra manera la necesidad de "aventura" de parte de los seres humanos.
Los ex soldados-Gran Guerra 14/18 y otras- que componían casi el 100% de las expediciones inglesas al Himalaya, Everest notoriamente, encontraban el alpinismo/himalayismo de dificultad y los sufrimientos que implicaba en la época como un juego, comparado con lo que habían pasado en varios conflictos.
Después de la ll Guerra Mundial, ocurrió lo mismo en cuanto a deportes de riesgo, alpinismo/himalayismo, navegación en solitario y en general aquéllas escasas actividades deportivas "de las que no te puedes bajar"-y volver a casita- cuando se te antoja.
Creo, decía, que las dificultades forjan los caracteres de los hombres; ante esas dificultades hay quienes luchan y quienes no. Siempre ha sido así.
El inconformismo que nos hace emigrar-salir de donde hemos nacido- en busca de mejores condiciones ha formado parte de nuestra Historia desde que existimos, y seguramente ha sido una de las claves de que hayamos sobrevivido como especie.
Generaciones que disponen desde la cuna sin esfuerzo alguno de tantos bienes y ventajas, es normal que tiendan a pensar que esto es así "porque sí"; sin pararse a pensar que en este mundo nada es realmente gratuito. Algunos incluso afirman que "tienen derecho" por nacer, a esto y lo otro...y solamente cuando a veces la vida les muestra La Realidad, caen del guindo. Caída dolorosa, cuando no se está entrenado a sufrir.
Nunca la Humanidad en su conjunto, ha disfrutado, digan lo que digan algunos, de tanta prosperidad y oportunidades; de tanta información disponible. Consecuencia directa de ello es sin duda el aumento exponencial de los habitantes del planeta en los últimos siglos a pesar de la guerras.
En nuestra zona occidental, nosotros somos más débiles que nuestros padres sin duda, nuestros hijos más aún que nosotros y nuestros nietos está por ver.
Y no vale practicar deportes de riesgo-riesgos muy limitados casi todos-porque con ese progreso en todos los órdenes, viene una enorme estima por la vida de cada persona sin igual en tiempos pasados. Nada que ver con lo que valía una vida en tiempos de la Roma pre cristiana, cuando "darse la muerte por su propia mano" era algo normalizado en determinadas circunstancias. El Cristianismo entre otras cosas trajo ese concepto valioso-algunos creen que en exceso-de la vida humana, que incluia la condena del suicidio.
Claro, claro, en determinados paises y lugares, la vida de una persona puede valer lo que su smartphone y hasta menos; pero estoy hablando como he escrito de nuestra zona occidental.
No valen los deportes de riesgo, muy controlado ese riesgo por las tecnologias etc...más que para hacer subir la adrenalina; vale, tal vez haya aún alguna actividad alpinística y/o náutica que practicada en determinadas condiciones, sirva para entrenar nuestros genes a vida o muerte...pero no deja de ser un juego. Porque el Gran Juego, sigue siendo la guerra.
Toda esta abundancia, todas estas teorías de todos los colores, la educación de nuestros escasos hijos...más los medios de comunicacion, conllevan que nuestros hijos/nietos crezcan en un entorno que favorece el aislamiento, el egocentrismo y hasta el narcisismo, por no hablar de la auto complacencia.
El sobre valoramiento de la juventud, el aquí y ahora...ese Carpe Diem, mal traducido y peor entendido; ese sentirse los Reyes de la Creación, donde los ancianos no tienen ya sitio, se practica frecuentemente.
El descreimiento religioso clásico-desde el siglo pasado- y el surgimiento de nuevas religiones de todo tipo hacen tambalearse nuestra sociedad; valores como el respeto al esfuerzo, como las ganas de esforzarse...a veces desaparecen cuando se tiene cubierto lo más básico desde la cuna.
Como no puedo entrar en política, y además soy un descreído total de ella y de los políticos; me quedaré en que tal vez deberíamos admirar más a esas personas-muchos jóvenes-que a base de trabajo, muchas veces sin contar horas, salen para adelante; personas que si hace falta se van a donde puedan prosperar, en vez de resignarse o como algunos estar encantados de vivir de subsidios.
Esos jóvenes, que aún tienen ilusiones y se parten la cara por ellas. Los mismos que cuando sean viejos podrán decir: yo peleé y aquí estoy.
Está claro que no creo en el "determinismo social" y sí en que si uno quiere algo-razonable- con la suficiente intensidad y está dispuesto a "echar el resto" si hace falta, lo consigue.