Pues no sé ya si contestarte o no, Jesús...que parece que te lo tomas a mal....
Cuando mi intención no es esa....
. Y desde luego, nunca contigo.
Pero verás...:
El domingo pasado, con una lluvia eterna e intensa del sábado a la tarde noche (como en casi toda España), para nada parecía una buena idea salir el domingo con la moto.
Para más inri el domingo amaneció lloviendo y con todo el cielo cubierto con unas nubes a cuál más oscura....
Como casi siempre hago, a las 8 ya estaba en la gasolinera repostando. Después, alargué la vuelta hasta el lugar de encuentro (el bar Daniel, punto de quedada motera por excelencia). Me iba fijando en los distintos aspectos del cielo, con el fin de descubrir un resquicio de luz y sol para dirigir hacia allí nuestra salida motera.
Después de lo que en ese sentido había escrito en este mismo foro, no podía hacer menos que cumplir lo dicho. Sin embargo ese día pensé que iba a ser la excepción....., que no iba a encontrar un punto mínimamente despejado hacia el cual enfilar las motos.
Había quedado con otros dos amigos habituales, uno con una estrella y otro con una GS de aire/aceite.
Tras el zumo de naranja y el cortado correspondientes, llegó la temida pregunta: ¿Hacia dónde vamos hoy, Javier? Porque esto se ve horrible...No para de llover....
En ese momento, nada tenía en la cabeza. Así que dije lo primero que me vino: ¡Vamos hacia el Sur, que parecía algo más despejado!:rolleyes2::rolleyes2:
Lo dije sin convencimiento ninguno. Mis amigos debieron darse cuenta....Pero como hacen los buenos amigos, para no ponerme en un apuro, confirmaron con un: ¡Bueno, vale. Vamos para allá!:huh::huh:
Salimos lloviendo, con la carretera totalmente mojada, con ráfagas de viento no demasiado fuertes pero sí notorias. Era un"día de perros", de esos en los que te sientes el más idiota del mundo por ir montado en una moto....., con la imagen, que cada vez se hace más evidente y clara, de una sugerente cama, arropado con el calorcito de unos brazos de mujer....:cheesy::cheesy:
Sumergido en aquellos pensamientos y en el mar de gotas de lluvia, las tres motos habían recorrido los primeros 30 km más o menos rectos, hasta llegar a la sierra.
El cielo, más amenazador si cabe, nos traía ahora una lluvia fina, al tiempo que nos adentrábamos en una espesa niebla en la que por momentos lo único que se veía eran las disminuidas luces de las motos de los compañeros.
Con una conducción suave y fina, sin estridencia alguna, las tres motos recorrían rápidamente el tramo de mil curvas recorrido tantas veces que podríamos hacerlo a ojos cerrados.
Las motos llevantaban un reguero de agua a su paso. No parecía posible que en aquellas condiciones, las motos tomaran las curvas del modo en que lo hacían, perfilando y dibujando la carretera con una sorprendente y gran belleza.
Yo me maravillaba del encomiable comportamiento de los Pilot Road 2 de mi Estrella. Ni siquiera en estas malas condiciones de frío y agua, hicieron ningún mal extraño....
Llegamos a la zona más lenta, una senda asfaltada entre pinos en la que debes andar con mil ojos porque el asfalto no sabes lo que te puede traer...., y especialmente, porque si viene otro vehículo en sentido contrario, corres el peligro de no poder pasar.
Es el inconveniente del gran carenado de la RT, con sus correspondientes maletas ....., pero le quedan tan bonitas !!
El caso es que tras hora y media de moto y ante la evidencia clara de que el día iba a seguir así, decidimos entrar a almorzar a nuestro bar favorito, Casa Juan, en la pedanía de Fuente Higuera,cerca de Riópar.
Allí, sabíamos que ni el calor, ni unas fantásticas chuletas y panceta a la brasa, nos iban a faltar.
Sin prisa, saboreamos el almuerzo, como siempre acompañado de un plato de tomate al centro, bien regado de rico aceite de oliva, en el que los tres nos peleamos por rehogar el pan, hasta casi terminarlo. Y eso sí, sin olvidarnos, como siempre, del huevo frito, las patatas fritas con pimiento y un gustoso vino tinto de la casa.
Tras aquellos placeres sencillos de la buena mesa, compañía y conversación, nos hallábamos listos, cual tres guerreros, para afrontar todo lo que aquel día horrible nos pudiera deparar.
Por si acaso no estábamos listos del todo, un chupito de orujo nos otorgó la valentía necesaria....
Sí, estábamos listos para la batalla....
Al montarnos en la moto vimos que ya no llovía. Yo, levanté la vista al cielo. Seguía cubierto, pero tampoco había viento ya.
Decidimos lanzarnos a explorar una de nuestras rutas conocidas: Molinicos, Yeste, Elche de la Sierra, Hellín, Liétor,Alcadozo, Peñas de San Pedro y, de vuelta a casa!!
Y acertamos...., acertamos de pleno....El asfalto poco a poco se iba secando. Pronto no hubo ni una gota de agua...La niebla había desaparecido....Era el mejor tramo, todo lleno de curvas de todo tipo, con buen asfalto y sin tráfico alguno.
Tras casi dos horas de moto, llegábamos a casa, a punto para ver MotoGP, dejando atrás ¡una fantástica mañana de moto, en la que, a pesar del mal tiempo del principio, lo habíamos pasado estupendamente.
Fueron algo más de 300 km de moto, sin problema ninguno gracias a "la magia del bóxer". Y cada uno de nosotros, nos llevábamos a casa la satisfacción de saber que una vez más habíamos vencido a los elementos...., en un día en el que, seguramente, muchos precavidos moteros habían elegido "sabiamente" no salir con la moto.
Ese día, como otros ya desde hace muchos años, me alegré de no ser tan precavido ni sabio....
Un abrazo!!