ovejanegra
Curveando
Creo que aquí cada uno opina desde su situación y sus gustos, que no tienen por qué ser los de Urmella.
Por lo que yo veo de esa moto, opino que necesita una restauración a fondo: todo lo que sea degradable (plásticos, gomas, tóricas, instalación eléctrica, tubos, correas, líquidos, neumáticos, batería, pastillas de freno, etc.) va a tener que ser cambiado. Después habrá que atender los desgastes de funcionamiento que son una incógnita y que dependen del uso de sus propietarios y el mantenimiento que tuvo. Y después las averías escondidas y provocadas por años de intemperie (depósitos, bombas de combustible y freno, etc.).
Por todo esto pienso que esto es un proyecto parecido a una restauración total, que necesita mucho tiempo de taller y mucho dinero que en todo caso es desconocido. Yo no soy capaz de dar una cifra, pero a groso modo no creo que baje de varios miles (en recambios y trabajos subcontratados) si la queremos dejar en perfecto estado de funcionamiento y sin defectos.
Por todo esto, la decisión depende solo de Urmella.
Si es un usuario que disfruta tanto del taller como de la carretera, si tiene tiempo ilimitado y un lugar dedicado donde dejar la moto durante meses (o años) y dispone de dinero para ir gastando en el tiempo, pues puede ser viable. Pero entendiendo esto como un pasatiempo y sabiendo que va a perder dinero con respecto a comprar una unidad más cara en mejor estado. Esto sería antieconómico, la rentabilidad (emocional) estará en el placer de resucitar la máquina.
Pero si es una persona como yo, que me gusta el taller pero sobre todo lo que me gusta es ir en moto y que jamás me embarcaría en una restauración que me llevara más de seis meses, entonces la decisión estaría clara.
Por lo que yo veo de esa moto, opino que necesita una restauración a fondo: todo lo que sea degradable (plásticos, gomas, tóricas, instalación eléctrica, tubos, correas, líquidos, neumáticos, batería, pastillas de freno, etc.) va a tener que ser cambiado. Después habrá que atender los desgastes de funcionamiento que son una incógnita y que dependen del uso de sus propietarios y el mantenimiento que tuvo. Y después las averías escondidas y provocadas por años de intemperie (depósitos, bombas de combustible y freno, etc.).
Por todo esto pienso que esto es un proyecto parecido a una restauración total, que necesita mucho tiempo de taller y mucho dinero que en todo caso es desconocido. Yo no soy capaz de dar una cifra, pero a groso modo no creo que baje de varios miles (en recambios y trabajos subcontratados) si la queremos dejar en perfecto estado de funcionamiento y sin defectos.
Por todo esto, la decisión depende solo de Urmella.
Si es un usuario que disfruta tanto del taller como de la carretera, si tiene tiempo ilimitado y un lugar dedicado donde dejar la moto durante meses (o años) y dispone de dinero para ir gastando en el tiempo, pues puede ser viable. Pero entendiendo esto como un pasatiempo y sabiendo que va a perder dinero con respecto a comprar una unidad más cara en mejor estado. Esto sería antieconómico, la rentabilidad (emocional) estará en el placer de resucitar la máquina.
Pero si es una persona como yo, que me gusta el taller pero sobre todo lo que me gusta es ir en moto y que jamás me embarcaría en una restauración que me llevara más de seis meses, entonces la decisión estaría clara.