Dia 19. Domingo 07 mayo 2017. Shiraz-Bam. 765 km.
Hoy será un día de carretera, dejo la ciudad para dirigirme a Bam y ver su ciudadela, o lo que quedó de ella tras el terremoto de 2003.
El camino que decido tomar no es el más rápido a pesar de la distancia que tengo, pero no quiero recorrer la ruta que me espera en unos días cuando regrese hacia el interior de nuevo, así que tiro por la trocha y busco la línea recta en el mapa cruzando desiertos…
lagos salados…
campos de pistachos…
pueblos dispersos…
montañas...
castillos en ruinas …
A lo largo del día voy haciendo paradas donde aprovecho para beber, comer unos frutos secos, galletas, manzanas… con la experiencia voy perfeccionando la técnica. Me explico, al parar corro a mear, si, lo siento, suena mal, pero es que he comprobado que un motorista europeo parado en un arcén de carreta iraní es un blanco fácil. Todo el que pasa quiere saber de mi, ver la moto, hacerse foto con ella, conmigo, mía con la moto, todos juntos en la moto y alguna combinación más que no recuerdo, otros te recitan la alineación del Barça, que anda que no da juego el tema futbol, otros paran, bajan la ventanilla y te desean un bienvenido a Irán, otros te preguntan de todo, te enseñan fotos en el móvil de la familia… todos encantadores.
Así que es de muy mala educación dejar una conversación a medias para buscar un rincón privado, y me ha pasado varias veces de tener que iniciar de nuevo la marcha sin poder cumplir mi objetivo. Así que decido no quitarme ni el casco para ganar tiempo, aunque a veces paran igual pero se quedan en un segundo plano hasta que termino.
En uno de mis descansos se para un coche con dos chicos, como es normal se ponen a hablar y hacerme preguntas que contesto como puedo, finalmente pierdo el hilo de la conversación, me resulta difícil saber lo que me quieren decir, pero no hay problema. Llaman a un amigo que habla ingles y me lo pasan al teléfono. Tras las mismas preguntas de siempre pero esta vez telefónicas me traduce las palabras de mis dos nuevos amigos. Me ofrecen que los acompañe a su pueblo para quedarme a cenar y pasar la noche con sus amigos y familiares. Me indican en el mapa donde es y el tiempo aproximado que tardaremos en llegar, pero amablemente rechazo la oferta, es en sentido contrario de mi camino, y ciertamente creo que se me haría muy duro pasar tantas horas jugando a intentar adivinar que dicen y saber si realmente me han entendido… las relaciones personales no son lo mío, por eso me encanta viajar en moto, estoy en una perfecta y tranquila soledad.
Nos despedimos agradeciendo de todo corazón su fantástica oferta, fotos de rigor y claro, me pide un facebook, un twiter, instagram … y yo no tengo nada. Decididamente les confirmo que este motorista es más raro que un marciano.
Sigo subiendo y bajando montañas, paso de los 1500 msnm a los 2700, y ahí las encuentro nevadas.
Pensaba que el calor me mataría durante todo el camino, pero resulta un día muy agradable. Como ya es normal me cae un palo de agua tremendo, a las 4 de la tarde estoy a 14 grados pasando frio, pero 30 min mas tarde y 1000 metros más abajo paso de los 40...
Tras todo el día disfrutando de la carretera y de su poco trafico llego a una intersección que enlaza con la carretera que viene de la costa. Ahí la monotonía de no ver a nadie se ve truncada de una manera increíble. Es la carretera que viene de Bandar Abbas, el gran puerto a orillas del golfo pérsico donde descargan las mercancías que posteriormente se distribuyen al interior de país o continúan hacia el próximo Afganistán.
Lo que me encuentro son cientos de camiones, miles, cargados hasta lo increíble intentando ascender desde el nivel del mar por esta cadena montañosa.
Podéis imaginar, camiones Mercedes, cortos, de morro redondo, el camión por excelencia en Irán y Pakistán, (donde los decoran con vivos colores), circulando a unos 20 o 30 km/h y generando un cambio climático acelerado a base de humo negro que impide saber lo que tienes delante. La carretera está en obras, hay infinidad de pequeños túneles, oscuros y asfixiantes por los escapes de los camiones, adelanto millones de ellos, aquí no hay doble carril, pero por suerte los que bajan lo hacen a la misma velocidad, lo que facilita los adelantamientos ciegos…
Son 200 km de camiones, humo negro, puestos de carretera, arcenes llenos, cambios de neumáticos, motores abiertos, agua en radiadores o simplemente un buen sitio para descansar … estos son los verdaderos héroes de las carreteras .
Al llegar al desvío de Bam dejo a mis compañeros de camino y enfilo el último tramo de carretera que me llevará hasta la ciudad. Me había impuesto la norma de no conducir de noche, así que tengo que apretar a la Yamaha los últimos kms para lograr llegar con algo de luz.
Cuando busqué info de alojamiento solo encontré un 4 estrellas y un gesthouse, por suerte el GPS me lleva a oscuras hasta la puerta metálica que oculta mi ducha fría, una mala señal de wifi, mosquitos, un calor asfixiante frente a una mierda de cena y una habitación cutre donde debo usar mi saco sabana. Es el premio a un día fantástico de viaje que me hace valorar aun más lo que estoy disfrutando.
Han sido 10 horas de carreteras sobre la moto, los últimos 200 kms tras los camiones me han dejado reventado, mañana más.
AKBAR TOURIST GUESTHOUSE (CENA INCLUIDA) 1.000.000 RIALS (27$)
GASOLINA 170.000 RIALS (4,6$) 17 LITROS
GASOLINA 140.000 RIALS (3,7 $) 14 LITROS