Un par de fotillas del viajito (unos 750km, que equivaldrán a 3000 con una "moto buena"
) . La verdad hay motos que son capaces de hacer estos viajes más rápido, y también te diviertes, pero creo que pocas consiguen hacerlo tan despacio, y divertirte igualmente. Sin duda, otro "rollo". Y a poco que te guste tirar fotos, te lo pone a huevo¡¡¡¡
Cuando te toca la habitación a juego con la moto
, hay que meterse en la historia y en el personaje. Casi me dan ganas de ponerme a ajustar los platinos y ensuciarme las manos
montañas y embalses, con fondos de postal, no puedes dejar de parar para observar donde estás.
La verdad, un tramo ribero que se me hizo pesado, de tan mal que estaba la carretera (estas carreteras reventadas por los árboles, que parecen lisas, pero no, no lo son, y además, muchos km´s). Pero bueno, cómo correr ya no puedes.... coges aire y miras a los lados.
carreteras de éstas, a patadas, una tras otras, si, solitarias (evidentemente).
Muchas capillas, muchas más de las que conocía y recordaba, sólo es cuestión de perderte y buscar. Sitios accesibles pero realmente solitarios (no es fácil llegar).
Más carreteras entre frondosos bosques, una constante.
Todo sensaciones
Y no podía faltar la religión, siempre presente en el rural "profundo". Pero es parte de la historia.
En un pueblecito de esos que se acaba la carretera en un patio y tienes que dar la vuelta, un perro al que le tenía el ojo encima y creía tener controlado, me hizo un quiebro astuto, y en un segundo que le perdí el ojo, dio la vuelta a la moto y me agarró la pierna derecha por atrás... cabrón¡¡¡ dolor, y las marcas, por suerte, no rompió pantalón (pero agarrar, agarró). El tema de los perros en el rural, es parte de la aventura, siempre he tenido que lidiar con ellos (por eso es tan importante poder maniobrar las motos)... cuando ves que te vienen a recibir, no preocupa, el tema es si te tienes que parar y cómo te despedirán
Religión, iglesias, y más... simple historia, y la historia ahí sigue.
Subiendo a un mirador que siempre que puedo, en lo que sea, visito... vistas espectaculares y por supuesto, 0 gente. Cómo tiene que ser.
Unos minutos de descanso sentado, un pequeño aperitivo, y a seguir. Esto es tener vistas, mesa y banco incluidos.
Y esto es lo que se ve y escucha... silencio, pajaritos, vale, si, otra vez, la histórica iglesia
, pero es lo que hay, y no, en este mundo envejecido cómo os podeis imaginar (y mucho) eso no va a cambiar. Y no me molesta.
Bueno, y básicamente esto ha sido un viajito con la alforja (por cierto, muy bien, 0 ruidos, y además, llevas lo justo al no tener sitio, eso si, cuando te bajas a desayunar o tomar algo, la sacas y te la llevas de bandolera).
Todo esto sé que es un chiste para grandes ruteras y maxitrails, pero es que ya no estoy para grandes historias. Ahora me llegan las pequeñas, e incluso, me sobran. Disfrutar más intensamente lo que tenemos. Y las clásicas de triumph, ayudan a eso. A su manera, a su modo, y a su estilo. Viajar con historia, o al menos, creértelo.